La guerra fraticida que afronta Izquierda Unida tras su fusión con Podemos y la llegada a la dirección de Alberto Garzón a la coalición de izquierdas, vive uno de sus últimos capítulos en Coslada, importante localidad madrileña que desde 2015 vuelve a estar gobernada por el socialista Ángel Viveros.Una batalla que se inició el pasado 26 de septiembre, cuando el número dos de Alberto Garzón, Ismael González -en su condición de responsable de Organización y Finanzas de Izquierda Unida Federal-, informó mediante escrito al Ayuntamiento de Coslada de que el grupo municipal de Izquierda Unida en el municipio (formado por tres concejales), “no forma parte de Izquierda Unida Federal, constituyendo una formación política completamente desvinculada de IU, tanto a nivel jurídico como político).
Circunstancia que emana de la negativa de los tres concejales –Pedro San Frutos, Paloma Castejón y Jorge Martín-, a afiliarse a Izquierda Unida después de que en junio de 2015, Alberto Garzón rompiese con IU-CM, su federación madrileña. Cabe recordar que este divorcio surgió en base a “diferencias políticas de fondo” motivadas, desde el papel de IU en la antigua Caja Madrid, hasta la confluencia con otras fuerzas políticas.
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La actuación del alcalde
Tras recibir el escrito, el alcalde socialista se vio obligado a solicitar un informe al Secretario Municipal con el objetivo de conocer si el consistorio debía disolver el actual grupo municipal de IU-CM, tal y como piden desde la dirección federal de IU mediante el mencionado escrito, obteniendo una respuesta afirmativa. Los tres concejales afectados, registraron entonces una serie de alegaciones al informe jurídico, que finalmente fueron rechazadas de plano por el secretario del Ayuntamiento.
Rechazadas las alegaciones, el alcalde de esta localidad madrileña se ha limitado a informar de que acatará el expediente del Secretario Municipal. En la práctica, esto significará la conversión de los ediles de IU-CM en concejales no adscritos.La principal consecuencia es que los tres ediles no recibirán sueldo por su labor política (únicamente dietas por plenos) y perderán los beneficios de los que hasta ahora disfrutaban al tener grupo municipal propio. Amenazaban con pactar con el PP
Una decisión que pese a estar ajustada a la ley, los tres concejales han criticado con dureza, anunciando que acudirán a los tribunales y se querellarán contra aquellos que consideren “han vulnerado de mala fe la ley”. En su opinión, el informe jurídico solicitado por el alcalde socialista al secretario -tras la petición formal del número dos de Alberto Garzón-, responde , “a las necesidades de mayorías, a que podemos ser un problema para construir una nueva mayoría y que alguien tiene mucho miedo a una moción de censura. Yo creo que va por ahí”.
Amenaza –la de realizar una moción de censura, otorgando al PP la alcaldía de Coslada-, que ha causado enorme malestar en el municipio madrileño y en la actual dirección de Izquierda Unida en la Comunidad de Madrid, muy disgustada con el comportamiento de los que consideran han “usurpado” sus siglas para “vivir de la política”.
Dieron el gobierno a los populares en 2011
Se da la circunstancia de que la pasada legislatura, tras los resultados electorales de 2011, los tres concejales cosechados por IU Coslada (todavía no se había producido la escisión) comandados como ahora por Pedro San Frutos, se negaron a apoyar al aspirante a alcalde socialista que contaba con el respaldo de los ediles de su formación, ARCO (republicanos) e, incluso,UPyD. Esta decisión impidió un gobierno de izquierdas (la formación magenta no entraría en el mismo). Este movimiento permitió al PP recuperar el Ayuntamiento, algo que le supuso a San Frutos numerosas críticas internas.
La sensación que se respira en esta ciudad del este de la región es que desde laIU comandada por Alberto Garzón busca la resolución de los conflictos internos a través de las administraciones locales madrileñas en los que esa parte de los díscolos con el grupo del coordinador federal tienen representación. Es una ‘patata caliente’ que algunos observan con preocupación por el movimiento de Garzón.
¿Llegado el caso un pelotón de soldados salvará a la Constitución (y a los españoles)? El Estado Mayor ya ha…