La Asociación de Directores y Gerentes de Servicios Sociales presentó ayer el Informe sobre el estado social de la nación 2017. En el texto, en el que la asociación se pregunta si “nos están robando el futuro”, se califica a la sociedad española como “instalada en la precariedad”. Entre las conclusiones del trabajo, lanzado frente al tradicional informe sobre el estado de la nación que presenta el Gobierno, destaca la concepción de que la pobreza se ha convertido en un problema estructural en España. Eso es debido a que afecta a un elevado porcentaje de personas y familias, y también por su cronificación debido a las dificultades que estas personas tienen de salir de esta situación. En este sentido se aporta la cifra de que unos 20 millones de personas en nuestro país sufren en uno u otro grado situaciones de pobreza.
Las situaciones más extremas, según el informe, afectarían a entre 1,5 y 3 millones de personas. Estos serían hogares en los que no entra ningún ingreso, personas con ingresos inferiores al 30% de la mediana de la renta. Según los autores del informe, en esta categoría de “pobreza severa” se encontrarán quienes ni siquiera pueden permitirse comer carne, pollo o pescado una vez cada tres días. Otras situaciones graves de pobreza afectarían a diez millones de personas. Son aquellas que tienen ingresos por debajo del umbral de la pobreza o que tienen muchas dificultades para llegar a final de mes, y graves carencias materiales, como no poder mantener su casa a una temperatura adecuada, la llamada pobreza energética, o han tenido retrasos relacionados con pagos de la vivienda principal.
Por último, al menos otros seis millones de personas viven situaciones carenciales. Es decir, no tienen capacidad para afrontar gastos imprevistos, o no se pueden permitir siquiera una semana al año de vacaciones fuera de su casa. Por todo esto, desde la asociación consideran que la pobreza en España se puede considerar “un problema sistémico”. Respecto la “cronificación” de la pobreza, destacan que aunque los datos que expresan las situaciones de pobreza registran ligeros descensos en los últimos años, en todos los casos muestran porcentajes más acusados que al inicio de la crisis.
“Las mejoras generales de la economía apenas se perciben en el sector más empobrecido de la sociedad”, señala el texto. El informe introduce el concepto de “transmisión intergeneracional de la pobreza”. Es decir, que la falta de movilidad social aboca a la transmisión de la pobreza, ésta se hereda y con ello “se configura lo que algunos definen como un nuevo feudalismo social”. Entre los ejemplos propuestos resalta la continua caída de la renta media de los hogares desde 2009 hasta 2015, que da idea del empobrecimiento que afecta a la mayor parte de la sociedad. En estos 6 años, señala el texto, la renta media por hogar se ha reducido en 3.953 € anuales (-13,16%) pasando de 30.045 € en 2009 a 26.092 € en 2015, último año con datos disponibles.
El estudio alerta de que la pobreza se puede hacer crónica especialmente en hogares con menores de edad. “Hay suficientes evidencias de que los niños que nacen y viven su infancia y adolescencia en hogares pobres tienen muchas dificultades para mejorar su estatus socioeconómico y un porcentaje muy elevado de ellos están condenados a reproducir o incluso agudizar la pobreza”, afirman. Desde los servicios sociales recuerdan que atienden a diversas generaciones de una misma familia y que son conocedores de las grandes dificultades que entraña conseguir, más allá de la subsistencia, superar una pobreza arraigada. “Podemos asegurar que la actual situación estructural de la pobreza en España, por su extensión y por su cronificación, puede estar generando para el futuro nuevos núcleos de pobreza más arraigada, que se reproduce a sí misma y que constituye un camino seguro a la cronificación de situaciones no solo de pobreza, sino de exclusión social”, añaden al respecto.
Precariedad, desigualdad y políticas que generan pobreza
Desde la asociación prestan atención al fenómeno de la precariedad, sobre todo la laboral. “Una buena parte de la sociedad española vive situaciones de precariedad. No son personas o familias pobres, pero se encuentran en situaciones límite, en las que cualquier eventualidad puede abocarlas a la pobreza”. Este núcleo estaría contabilizado en los 6 millones de personas que se mencionaban anteriormente. Entre los aspectos que concretan la precariedad resaltan el alto factor de temporalidad y trabajos a tiempo parcial que existen en nuestro país.
Respecto a las desigualdades, el informe señala: “han sufrido un gran incremento en España en los años de crisis, no como consecuencia inevitable de la crisis, sino por un modelo político, económico y social injusto, que se inició antes de la crisis, que se ha agudizado durante la crisis y que se mantiene actualmente”. En este sentido recuerdan datos ya conocidos como que en Europa sólo nos superan en índice de desigualdad países como Serbia, Rumanía, Lituania y Bulgaria. O que, según datos de Intermón Oxfam, el 1% de la población concentra ya casi tanta riqueza como el 80% más pobres o que la fortuna del 5% supera ya la riqueza en manos del 90% más pobre. Es decir, hay 2,3 millones de personas en nuestro país que poseen un patrimonio superior al de 42 millones de personas.
En otro apartado, el informe se centra en las políticas que han causado este tipo de situaciones. Entre ellas destaca “un mercado laborar desregulado” caracterizado por los datos de desempleo, la precariedad y los bajos salarios. Otra razón es un “sistema fiscal débil e injusto”. “Resulta escandaloso que mientras la inmensa mayoría de las personas pagamos como media un porcentaje del 22% de nuestros ingresos por IRPF o impuestos al consumo, los grandes grupos estén tributando en torno al 6% de sus beneficios, y algunas grandes fortunas estén pagando legalmente un 1%, cuando el tipo nominal que les correspondería es superior al 50%”, señalan. Por último apuntan al “desmantelamiento de las políticas sociales” debido a los recortes sufridos en gasto público.
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