En un país donde se asesina más de cien mujeres cada año, donde millones son maltratadas y donde los niños que sufren el mismo destino son incontables, donde las diferencias salariales, laborales, culturales, políticas entre hombres y mujeres se hacen más profundas cada año, no puede hablarse de democracia ni derechos humanos.
Es imprescindible proceder a aprobar una Ley contra Violencia Machista que proteja realmente a las mujeres, modificar las leyes laborales actuales para devolver a las trabajadoras y los trabajadores los derechos que se les han arrebatado y lograr la igualdad de salario entre mujeres y hombres.
Aumentar y recrear la red de servicios públicos, en todos los sectores: educación, sanidad, guarderías infantiles, centros geriátricos, transporte, vivienda, comedores colectivos, que será fundamental para ampliar el empleo femenino y que permitan a los familiares, mujeres y hombres, compatibilizar el trabajo doméstico con el trabajo asalariado durante todo el año.
Hemos de instaurar definitivamente la democracia en nuestro país. Y una verdadera democracia ha de ser definitivamente feminista. Para que los hombres y las mujeres puedan relacionarse entre ellos en términos de verdadera y profunda igualdad y libertad.
Ese ha de ser el objetivo de la III República en nuestro país. Las libertades políticas y la democracia no pueden concebirse sin que sea feminista. Hoy, levantamos las banderas tricolores para reivindicar un cambio político y social, que sólo puede partir de una Asamblea Constituyente Soberana que proclame la democracia, el gobierno por y para la mayoría, del pueblo y para el pueblo, la aplicación efectiva del derecho a la igualdad entre hombres y mujeres, al trabajo, a la vivienda, a la sanidad, a la educación pública, la convivencia fraternal de todos los pueblos y naciones, es decir, la República.
Madrid, 14 de abril 2017.
Lidia Falcón, Partido Feminista.
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