“¿Jubilada? No, yo estoy peor que jubilada. Tengo una discapacidad y cobro una paga de 300 euros y pico. Nos ha costado 40 años llegar hasta un punto y ahora estamos delante de un precipicio. Menos pensiones, más paro, menos educación… Nos han cambiado completamente el sentido que teníamos para vivir. Y esto no ha hecho más que empezar”. Habla Ana Rodríguez Capilla, 64 años. Está atravesando la avenida Alemania, a la entrada de Cáceres. “Nos están poniendo problemas. Es la única ciudad donde nos han dicho que tenemos que ir por la acera”, cuenta por teléfono. El pasado sábado salió de Málaga. De fondo se escucha alboroto. Megáfonos y gritos: “¡Ni un paso atrás!”. Ana es una de las participantes de las marchas por unas pensiones dignas convocadas por los sindicatos CCOO y UGT.
Procedentes de distintos puntos de España –Andalucía, Asturias, Cantabria, Galicia y la Comunidad Valenciana–, las columnas se unirán el próximo 9 de octubre en Madrid. “Ese día nos van a escuchar, va a haber una respuesta contundente”, asegura el secretario general de pensionistas de CCOO-A, Enrique Fernández, que destaca el apoyo recibido desde distintos sectores y edades. “El problema no es solo nuestro sino de la sociedad en su conjunto”, añade.
Las principales reivindicaciones del colectivo descansan en una idea: el sistema de pensiones es viable. Pero para que el sistema funcione hay que acabar con el empleo precario, el paro y los salarios indignos. “No solo pedimos pensiones dignas, pedimos una vida digna”, explica el sindicalista de UGT Paco Pérez Haro, secretario de organización de la Unión de Jubilados y Pensionistas de Andalucía. Este sábado se celebra la jornada mundial por un empleo decente. Según los datos del INEM publicados esta misma semana, el paro ha vuelto a subir: 27.858 personas más, el mayor aumento en septiembre desde hace cinco años. La temporalidad y la precariedad se ceba con los contratos y los salarios han perdido un 8,6% de poder adquisitivo entre 2008 y 2015.
“Queremos hablar de cuestiones tan importantes como el empleo, los salarios dignos, las pensiones, o de cómo combatir el paro”, afirman los sindicatos. “Cataluña está obstruyendo que salgan estas marchas con carácter general en los medios de comunicación. Y eso al Gobierno le viene muy bien porque con lo uno se tapa lo otro”, denuncia Pérez Haro, que ha participado en tres marchas en los últimos años. Admite que su protesta no va a conseguir cambiar el rumbo de las políticas del gobierno del PP, pero sí cree relevantes estas manifestaciones para que los más jóvenes se echen a la calle. “Al menos queremos sensibilizar a la opinión pública. Ya sabemos que al Gobierno le importamos un pepino, un gobierno que nos viene robando, ninguneando, explotando desde que llegó a la Moncloa. Pero no vamos a dejar por ello de estar en la calle”, prosigue. Tiene 69 años recién cumplidos.
Fernández también incide en ello: “Pase lo que pase a partir del día 9, vamos a seguir peleando hasta conseguir que el gobierno de Rajoy dé marcha atrás, que se siente en la mesa por el Pacto de Toledo con los interlocutores sociales y políticos y que se llegue a un acuerdo para derogar la reforma de 2013 y que haya un acuerdo que posibilite el futuro de las pensiones públicas de este país, no solo los de hoy sino de los que vienen”.
“Lo que esperamos es que la gente lo entienda, que lo que pedimos no es una cosa del otro mundo –insiste Ana–-. Y si no espabilamos iremos a peor. Nos han ido llevando a un cambio de sistema como si fuéramos idiotas y hasta nos han dicho que tenemos que rezar para que nos hagan el milagro. Yo lo que le digo a la ministra Fátima Báñez es que rece ella por todos nosotros y que nos dé su paga. Y que ella viva con la nuestra”, concluye.
¿Llegado el caso un pelotón de soldados salvará a la Constitución (y a los españoles)? El Estado Mayor ya ha…