Ya lo dijo Rosell, el presidente de la CEOE hace unos días cuando afirmó que veía “prácticamente imposible la derogación de la reforma laboral” por parte del nuevo gobierno del PSOE.
El papel del nuevo gobierno del PSOE se va desmadejando. Ahora es la ministra de trabajo quien afirma que, de momento, la reforma laboral del PP se queda (las anteriores, las suyas, ni se las plantean), en contradicción flagrante con las promesas electorales sobre su derogación cuando eran leal oposición.
Los argumentos, los conocidos: no se puede improvisar, hay otras urgencias como las pensiones (que ya tiene miga el asunto, después de que fuera el propio PSOE quien realizó la reforma del 2011, la que mayor impacto reciente ha tenido en su caída)… Ya lo dijo Rosell, el presidente de la CEOE hace unos días cuando afirmó que veía “prácticamente imposible la derogación de la reforma laboral“. Ahora abrirán una negociación con las burocracias de CCOO y UGT (que ya no exigen tampoco la derogación de la reforma del 2013) y maquillarán algo el desaguisado. No es extraño que tanto las empresas del IBEX 35 como la UE hayan saludado con satisfacción el nuevo gobierno… Dime quien te aplaude y te diré para quién gobiernas.
Así la nueva ministra de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, Magdalena Valerio, ha afirmado que “la reforma laboral no se puede derogar alegremente” en una entrevista publicada este domingo en La Razón. En referencia a las pensiones también afirma que: “la primera medida es garantizar la suficiencia de las pensiones” y agrega que antes del verano se sentará a dialogar con los empresarios y los sindicatos CCOO y UGT, sus escuderos para ayudar a desactivar la movilización social por ejemplo de los pensionistas. Sordo ya lo apuntó nada más conformarse el gobierno de López: “Queremos construir un sistema de relaciones laborales más moderno que no apueste por la caída salarial y la precariedad como pasaba con la última reforma”: es decir, “diálogo social” otra vez, pero sin derogar la reforma del PP, modificándola en todo caso.
En la misma línea la ministra insiste: “Las normas no se pueden derogar alegremente, hay que analizar toda la reforma laboral en su conjunto y ver cuáles son los aspectos que consideramos de manera dialogada y consensuada que hay que derogar“. Preguntada por si siguen apostando por subir el salario mínimo a 1.000 euros, la ministra responde que “nuestro objetivo es conseguir las propuestas que hemos hecho a lo largo de estos últimos años, pero también somos conscientes de que gobernamos desde hace muy pocos días con una gran complejidad parlamentaria“.
Sobre la tasa de temporalidad de España, Valerio afirma que “hay que adoptar medidas para resolver el fraude de los contratos a tiempo parcial y los falsos autónomos. Trabajan a tiempo completo pero cotizan a tiempo parcial, lo que supone casi nueve millones de horas ilegales“. Pero, para que nadie se llame a engaño, la ministra insiste: “Lo que hay que hacer ahora es estabilizar la situación y, tarde o temprano, habrá elecciones. Sin prisas. No se puede dar un giro copernicano en tantas cosas en un margen tan escaso de tiempo“.
¿Llegado el caso un pelotón de soldados salvará a la Constitución (y a los españoles)? El Estado Mayor ya ha…