Hace ya más de un año que el Congreso aprobó, a iniciativa del PSOE, con 198 votos a favor, 1 en contra (PP) y 140 abstenciones (PP y ERC), instar al gobierno a la exhumación de los restos de Franco y su traslado fuera del Valle de los Caídos, así como la creación de una Comisión de la Verdad, y bancos de ADN para facilitar la identificación de los cuerpos en fosas comunes. Desde entonces y con el Partido Popular en el Gobierno no se ha hecho nada. Rajoy y los suyos miraron para otro lado, al fin y al cabo lo aprobado solo tiene un carácter simbólico, al ser una proposición no de ley, y deja en manos del gobierno su cumplimiento.
Ahora, con el PSOE gobernando, nada puede impedir que los restos del dictador sean exhumados y entregados a su familia. Parece que así va a ser y además en el transcurso del próximo mes de julio. Un mes de julio en el que en su día 18 se cumplirán 82 años del golpe de estado militar contra el gobierno de la República Española, y el inmediato inicio de una guerra, la mal llamada Guerra Civil, en la que los militares sublevados contaron con el apoyo directo del nazismo alemán, el fascismo italiano, la dictadura portuguesa y el Vaticano. A esa Guerra de España, que es como yo prefiero llamarla, le siguieron 40 años de dictadura. Una dictadura, todavía hoy por muchos alabada y defendida, que supuso el fin de todo tipo de libertades, represión, cárcel y muerte, todo ello bajo el bastón de mando del personaje cuyos restos reposan bajo una lápida en una basílica católica y diariamente honrados por un grupo de frailes.
En los medios se acusa a Pedro Sánchez de oportunista, efectista y otras lindezas descalificadoras, así son los nostálgicos del franquismo, que por cierto son muchos más de los que se estiman, olvidando que Sánchez lo que está haciendo es cumplir con el mandato politico del Congreso.
Y digo que en España hay más franquistas de los que se estiman basándome en el resultado de la votación de la PNL aprobada en el Congreso. Ciento cuarenta diputados se abstuvieron y uno voto en contra, una cifra, 141 diputados, que descontado los 9 del G.P. Esquerra Republicana, nada dudoso de ser antifranquista y que se abstuvo por considerar insuficiente lo propuesto y la denegación de sus enmiendas para ir mucho más allá en el texto, llegamos a una cifra de 132 diputados que vienen a representar el 38 % de la Cámara.
En esto de la lucha contra las dictaduras no vale ponerse de perfil, ni siquiera para conservar los votos de los franquistas y de los nostálgicos del franquismo, de ese franquismo sociológico que evidencia la permanencia de los rasgos sociales del franquismo en la sociedad española. Claro que teniendo en cuenta que el Partido Popular fue fundado por destacados franquistas, poco o nada afecta a su moral o a su ética el consentir encantado el hecho de que un dictador siga recibiendo honores en suelo español.
Bien, ahora toca esperar. Bueno sería que fuese el 18 de julio la fecha elegida para remover los restos del dictador, sería como cerrar un ciclo y voto por que esa sea la fecha elegida.
Después faltará que el PSOE acometa el resto de lo aprobado en el Congreso y se cree ya una Comisión de la Verdad sobre la represión llevada a cabo por el franquismo y el banco de ADN. El derecho a conocer la verdad sobre lo sucedido en nuestro país es un derecho absoluto y una obligación que el Estado español debe satisfacer de acuerdo con el derecho internacional, que lo establece como derecho individual y colectivo, es decir, de todos y todas. Una Comisión de la Verdad que ya ha sido creada en más de 40 países de todo el mundo.
Dotar de presupuesto en los PGE a la Ley de la Memoria Histórica deberá posponerse hasta la presentación de los presupuestos generales para 2019, pero ya os anticipo que PP y C’s se opondrán, cosas del franquismo sociológico.
Salud y República
Benito Sacaluga.
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