Santiago Lupe
Una concentración contra los desahucios irrumpe en un acto de Carmena. Ésta responde sumándose al coro criminalizador de estas protestas que considera “inaceptables”.
No decían ninguna mentira las personas allí concentradas. Durante su mandato no solo ha seguido el incremento vertiginosos de los precios de los alquileres y los desahucios, como veíamos recientemente en el barrio de Lavapiés. El propio Ayuntamiento del cambio, por medio de la Empresa Municipal de Vivienda Social, ha dejado a familias enteras en la calle que habían ocupado algunas de sus viviendas vacías.
Algunos asistentes han recriminado a Carmena sus últimas declaraciones sobre el problema de la vivienda, como la que realizó exculpando a la banca de la subida de los precios del alquiler y los desahucios por impago de la mensualidad, o las palabras que tuvo hacia una de las desahuciadas de Lavapiés.
Solo unos minutos antes la alcaldesa se había sumado al coro criminalizador contra la protesta que ayer otros afectados por la crisis de la vivienda realizaron a la candidata de Ciudadano Begoña Villacís. Lo que no pasó de una manifestación totalmente pacífica ha sido condenado por Carmena como algo “absolutamente inaceptable”, para alegar que en “democracia tenemos los cauces ara sentarnos y hablar de los problemas y ver la mejor forma de solucionarlos”.
Siguiendo este argumentario ni las manifestaciones, huelgas o las acciones de la PAH y otras plataformas para detener los desahucios serían los cauces propios de una democracia como la que vende Carmena. Basta con pedir audiencia al gobierno de turno y conformarte con un “vuelva usted mañana”.
En este sentido se ha dirigido a los asistentes: “Vosotros sabéis que yo he hablado con vosotros y con vuestros representantes muchas veces y sé que estáis disconformes con muchas cosas que ha hecho este Gobierno. Muy bien, seguiremos hablando, seguiremos escuchando vuestras protestas” Para instarles después a que se fueran “como buenos demócratas”.
Si algo demuestra la candidata de Más Madrid, y hasta el caso Errejón “paladín” de gobierno del cambio para todo el neorreformismo, es que asumir un programa de gestión amable de los grandes negocios del capitalismo metropolitano, va de la mano de asumir también la concepción más estrecha y cínica de la democracia liberal. Aquella en la que la “participación” se ve reducida a lo electoral cada cuatro años y la movilización social es algo que molesta y que hasta puede ser considerado como “inaceptable” si estropea el paseo de San Isidro a la candidata de Ciudadanos o el desayuno electoral a la Ilustrísima alcaldesa.
http://www.izquierdadiario.es/Los-afectados-por-los-desahucios-irrumpen-en-la-campana-de-Mas-Madrid
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