Con ella, Felipe de Borbón ha querido auto blanquearse fingiendo defenestrar a su padre
Una Operación, un despreciable teatrillo familiar, propiciado por el propio Juan Carlos I desde hace casi un año en connivencia con su hijo, quien ha ido dando largas al asunto por miedo a perder su corona, y que ha sido por fin lanzado a la opinión pública a raíz de la publicación en un medio británico de que el actual rey de España no solo conocía la fortuna opaca de su señor padre en paraísos fiscales sino que era copartícipe (segundo beneficiario) de la misma.
Pues sí, sí, amigos, el antiguo principito (de Asturias), el nene primogénito de La Zarzuela, el marido de la Leti, el hijo de la griega, el actual rey de España por la gracia repajolera del binomio político Rajoy/Rubalcaba que lo proyectó al cielo político español en plan exprés en junio de 2014 ante las nubes que se cernían sobre la monarquía española en diferentes frentes (incluido su propio derecho al trono)… don Felipe de Borbón, NO SABÍA (nunca supo, parece ser) NADA DE LA AGENDA OFFSHORE de su corrupto padre que tanto revuelo está causando en este país en los últimos días. Ni tampoco, analizada someramente la Nota/Trampa zarzuelera de la tarde del pasado domingo 15 de marzo redactada en “modo pánico” por sus amanuenses palaciegos con los nervios a flor de piel y con espurio afán de engañar al personal, parece que supiera algo relativo a su vida profesional, a la extraprofesional, a la familiar, al exquisito vino Vega Sicilia que todavía trasiega en cantidades industriales en sus perennes juergas culinarias/cinegéticas, ni siquiera de las continuas orgías sexuales que se ha marcado a lo largo de su vida el semental institucional borbónico que lo engendró junto, eso sí, a una caterva de hermanos, hermanas, hermanastros y hermanastras que, obviamente, no han tenido tanta suerte como él.
¡Que no, que no, que la Nota habla muy clarito! Que no sabía nada el muchacho por mucho que las apariencias engañen. Ni cuando era un crío, ni más tarde cuando ya mozalbete los pelos le asomaban por la bragueta, ni luego cuando ya con las estrellas de teniente del Ejército español en la bocamanga pululaba a placer por los despachos de La Zarzuela y por los centros de información castrenses vedados a casi todos los españoles, ni más tarde, a partir de junio de 2014, con la corona española (en negro suizo) ya sobre su cabeza y con los sabuesos del CNI a su entera disposición, logró enterarse nunca de nada. ¡Qué barbaridad! ¡Qué cenutrio de rey! Y sus súbditos sin enterarnos hasta ahora de que teníamos (y tenemos todavía, aunque ya no por mucho tiempo afortunadamente) un monarca (soso y aburrido él, eso no hay quien lo discuta ni siquiera el ABC) envuelto permanentemente en una burbuja de ignorancia y, quizá también, de estulticia.
Pues así es o así parece si hacemos caso a la acojonante nota institucional, al intragable “teatrillo familiar borbónico” parido en modo “pánico existencial” por los escribas de guardia en La Zarzuela, un domingo por la tarde, mientras el helicóptero de servicio en palacio calentaba motores por si al ignorante Borbón de nuestra historia (en trance de blanquearse fiscal y judicialmente haciéndose el tonto, renunciando a una herencia a la que no puede renunciar si no mata de verdad a su padre pero, eso sí, quitándole la bobadita de asignación que todavía percibe para que no siga gastándosela en vino) y a su pareja, la divina Leti mediática, les subía la bilirrubina más de la cuenta (hay que reconocer que la ex amante germana fuma en pipa) y decidían precipitadamente no cenar en casa y confinarse… ¡en las islas Maldivas!
No caerá esa breva, al menos en las próximas semanas enfrascados como estamos en una aburrida y letal lucha sin cuartel contra el insidioso virus biológico “made in USA” que todos conocemos y que como era de esperar (y los expertos yanquis con toda seguridad descontaban) después de pegarle una gran cornada económica a China, a Irán, un poco menor a Rusia (que de guerras biológicas sabe mucho) y casi letal a su otro enemigo económico la UE… está empezando a salirse un poco de madre en su propio territorio subiendo exponencialmente los daños propios y los colaterales.
Bueno, vuelvo a centrarme en el escándalo termonuclear que está derruyendo La Zarzuela a pasos agigantados ¿De verdad podía creerse este “petit Borbón” que todavía mantenemos vegetando en la cúspide del Estado cuando el país está luchando a brazo partido por sobrevivir contra una pandemia que nos puede llevar a todos por delante (y con toda seguridad nuestro economía, nuestro modo de vida y la de nuestros hijos) que con su notita institucional, falsa, irreal, estúpida, increíble… iba a blanquear su anodina figura personal e institucional engañándonos a todos los españoles (súbditos a la fuerza) en relación con la enorme fortuna, opaca, ilegal, fraudulenta que su señor padre, abusando del inconcebible privilegio feudal de la inviolabilidad que le otorga una Constitución elaborada por franquistas civiles y militares, ha logrado amasar y mantener fuera de España durante años y años y que él mismo conocía desde hace mucho tiempo, con total seguridad desde marzo de 2019?
La monarquía española está muerta desde hace ya mucho tiempo y solo espera que el pueblo español (la mayoría del pueblo español que vive y trabaja en pleno siglo XXI) la entierre definitivamente. Una sociedad, como todos sabemos, tranquila, pasota, individualista, aspirante siempre a que otros pueblos o simplemente el tiempo solucionen sus problemas y le señalen el camino a seguir. Así ha sido a lo largo de su voluble historia y, una vez más, en la llamada “modélica transición” que no fue ni transición ni nada sino otro elaborado teatrillo franquista para cambiar de piel y conseguir con ello que sus endiosados gerifaltes siguieran viviendo a sus anchas, embutidos en el ridículo ropaje de una democracia inexistente. Pero el tiempo, amigos, no pasa en balde y esta alicaída sociedad española está a punto de gritar con todas sus fuerzas el sonoro ¡Basta ya! que lleva tanto tiempo aguantándose y que se ha tenido que tragar durante décadas al no recibir el apoyo mediático y político necesario para el cambio. Porque ahora, en estos momentos de crisis y desolación, acaba de recibir la muy importante ayuda de la justicia europea y de varios periódicos, también europeos, para conseguir sacar al aire la nefasta categoría delictiva que se esconde en la familia Borbón y en su palacio zarzuelero de Madrid. Esperemos que esta vez, y pronto, el pueblo español pueda hablar claro, sin miedos y, en consecuencia, recuperar su destino y sus libertades.
Y termino por ahora, amigos/as, con una recomendación:
En cuanto pase el pico de coronavirus que padecemos (que pasará), los españoles tendremos por delante una muy urgente acción colectiva:
“DESEMBARAZARNOS DEL GOBIERNO (por su ineptitud e irresponsabilidad al promocionar manifestaciones multitudinarias en plena crisis del coronavirus) y DE LA MONARQUÍA (por corrupta e inoperante) QUE PADECEMOS”
¡REFERÉNDUM YA!
Fdo: Amadeo Martínez Inglés, Coronel, escritor e historiador.
¿Llegado el caso un pelotón de soldados salvará a la Constitución (y a los españoles)? El Estado Mayor ya ha…