Por Antonio Barral.
Cuando en España hablamos de de la bandera tricolor o republicana, nos referimos a aquella que fue la oficial del Estado durante el período histórico de la Segunda República, y cuyo diseño consistía en tres bandas horizontales de idéntico tamaño, de colores rojo, amarillo y morado, respectivamente.
La misma, pese a haber dejado de ser oficial hace casi un siglo, aún hoy sigue siendo fuente de polémica, ya que mientras unos la asocian a la lucha por la democracia y las libertades, y la consideran por esto la más adecuada para ser la insignia oficial del Estado; también hay otros que, especialmente desde la derecha, alegan todo tipo de razones para descartarla o incluso despreciarla, estando entre los argumentos más habituales el que cambiar la bandera fue un capricho de los republicanos de la Segunda República, o que no existen razones históricas para incluir el color morado en el pendón nacional.
Sin embargo, si nos remontamos a los orígenes de esta enseña, lo cierto es que son muy anteriores al año en que se proclamó la Segunda República en nuestro país, remontándose al Sexenio Democrático. Ya en estos tiempos, era utilizada como símbolo distintivo por muchos republicanos y de hecho, fue propuesta por el Ayuntamiento de Madrid a las Cortes como nueva enseña durante la Primera República.
Para aquellos que quieran entender el por qué esta no fue aceptada, la explicación seguramente podría buscarse en lo precipitado de los acontecimientos durante aquellos tiempos convulsos. Si bien es cierto que había un deseo de romper con los símbolos del pasado durante el Sexenio Democrático (y no sólo con la bandera, pues también se buscó un himno alternativo), el movimiento democrático en España era todavía relativamente reciente, y aunque tuviese sus símbolos, aún no había claro consenso sobre cuáles de estos eran los más representativos.
Sin embargo, esta bandera iría ganando popularidad en las décadas siguientes, hasta ser uno de los símbolos republicanos más populares en el país. Y es por esto que, casi 50 años después, cuando finalmente se conoce el triunfo de los republicanos en las primeras elecciones tras la dictadura de Primo de Rivera, el propio pueblo sale a las calles proclamando la república, haciéndolo precisamente con la bandera tricolor. Así lo recoge el decreto en el que se oficializa la bandera republicana, explicando que “el pueblo libre (…) izó por todo el territorio aquella bandera” en alusión a la tricolor, por lo que el Gobierno “acoge espontánea demostración de la voluntad popular, que ya no es deseo, sino hecho consumado, y la sanciona”.
Tampoco es cierto que el morado no tenga tradición histórica en nuestro país. A nivel militar, ha sido utilizado para sus uniformes por el Regimiento de Infantería de Castilla en una fecha tan temprana como 1693. A nivel político, fue utilizada por la sociedad secreta “Los Comuneros” (organización de carácter liberal), y también el color de la bandera liberal que se acusó de bordar a Mariana Pineda, que murió como mártir de la libertad por este motivo. Incluso fue utilizado por la monarquía en tiempos de Isabel II, cuando el estandarte de la “reina niña” tomó este color, seguramente por la asociación que se hacía del color morado a Castilla en el imaginario colectivo.
Si bien es cierto que, con la victoria del bando sublevado en la llamada Guerra Civil, la bandera tricolor dejará de ser la oficial del Estado, esto no quiere decir que la misma caiga en desuso. Muy al contrario, dicha bandera seguirá siendo utilizada por los exiliados republicanos, y también dentro del ámbito de la oposición a la dictadura franquista.
Con la llegada de la Transición, tanto el PCE como el PSOE terminarán aceptando la bandera rojigualda (la hoy oificlal), lo que hará que la tricolor quede relegada a los pequeños partidos republicanos y de izquierda radical. Sin embargo, el PCE acabará retomando su uso en las últimas décadas, después de “desmarcarse de la Constitución” , tras entender que el Pacto Constitucional había sido abandonado por los poderes económicos.
Actualmente, es frecuente el uso de la bandera en las conmemoraciones de la proclamación de la II República durante el 14 de Abril, así como en actos reivindicativos de diversa índole. También fue utilizada durante el homenaje al exilio republicano que tuvo lugar en París en el año 2019, y sus colores también son utilizados por la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica.
Cabe destacar también su uso en las históricas manifestaciones con motivo de la abdicación del Rey emérito en el año 2014, organizadas de forma espontánea el mismo día que se anunció dicha abdicación y que buscaban que la ciudadanía pudiese decidir sobre la sucesión en la jefatura del Estado.
Dicho lo anterior, queda claro que tanto la bandera tricolor como el color morado que se añade en la misma tienen clara tradición en nuestro país, siendo utilizadas tanto dentro como en ocasiones incluso fuera del país. También observamos que esta bandera aparece desde sus inicios vinculada a las reivindicaciones democráticas de la población española; siendo tanto por una cosa como por la otra no solo una enseña histórica digna de ser recordada, sino una magnífica candidata a ser la insignia oficial de la futura Tercera República Española.
Fuente: lavozdelarepública
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