Ulrike Marie Meinhof nació en Oldemburgo, Alemania en 1934. Fue una periodista y activista comunista que tuvo mucha relevancia en la historia de Alemania.
Ulrike estudió filosofía, pedagogía, sociología y alemán en Marburgo. Se unió a la Federación Socialista Alemana de Estudiantes, desde muy joven se había implicado en movimientos pacifistas y antinucleares. Participó en el congreso de estudiante alemanes en Berlín. En 1957 se unió al partido comunista de Alemania (KPD) pero abandonó su militancia cuando fue refundado con el nombre DKP en 1968.
Desde su puesto como redactora en la revista Konkret, escribía artículos sobre su compromiso con el movimiento antinuclear y con la oposición extraparlamentaria. En la revista escribía junto a su marido Klaus Rainer Röhl, que era escritor y editor de la revista. A Ulrike le disgustaba el enfoque sexual y comercial que le daba su marido a la revista. Tuvo dos hijas gemelas con él Bettina y Regine, en 1967 se separó y se divorció al año siguiente.
El 11 de abril de 1968 un militante de la extrema derecha intentó asesinar al líder estudiantil Rudi Dutschke, lo que afectó profundamente a Ulrike. Participó en muchas manifestaciones y actos contra la Guerra de Vietnam, durante los cuales conoció Andreas Baader y Gudrun Ensslinn.
Al año siguiente dejó de escribir en Konkret por los motivos ya mencionados. Meinhof pasó a militar en varios grupos de izquierda más radicales en Berlín Occidental. Se empezó a juntar con Gufrun Ennslin, novia del por entonces encarcelado Andreas Baader, Meinhof participó en un plan para liberar a Baader y lograron que las autoridades dejaran salir a Baader para una entrevista en el centro de estudios sociales de Berlín Oeste.
Fue liberado por un comando armado y Meinhof decidió unirse al grupo armado. A los pocos días aparecieron carteles por Berlín en el que se ofrecían 10000 marcos alemanes por la captura de Meinhof.
Tras el establecimiento de la Rote Armee Fraktion (RAF) que operaba en la RFA, Meinhof participó en robos y atentados contra fábricas y bases militares americanas. El grupo fue denominado por los medios de comunicación el grupo Baader-Meinhof. Ella escribió muchos de los ensayos y manifiestos de la banda. Durante esta época utilizaba los pseudónimos de Anna y Ranna.
Fue detenida en 1972 en Langenhagen. Junto a ella fueron detenidos otros miembros de la RAF como Baade, Ensslin y Jan-Carl Raspe. Las condiciones de encarcelamiento en las que se encontraba Ulrike fueron muy duras, llegó a estar hasta tres veces en aislamiento total. La primera nada más ser detenida y permaneció en esta situación durante 237 días. Fue condenada a ocho años de prisión el 29 de noviembre de 1974.
Más tarde, Meinhof, Baader, Ensslin y Raspe fueron acusados conjuntamente de cuatro cargos de asesinato, cincuenta y cuatro intentos de asesinato y uno de formar una asociación criminal. Antes de que concluyera el juicio el 9 de mayo de 1976 Meinhof fue encontrada colgada de una cuerda hecha a partir de una toalla en su celda.
Se sospecha que fue un crimen de estado porque querían eliminarla ya que la consideraban peligrosa, al igual que a otros de sus compañeros que anteriormente escribieron que si les encontraban muertos les había matado el estado. Existen varias biografías muy interesantes sobre la vida de Ulrike y su militancia muchos han querido manchar su imagen hablando de una operación cerebral para eliminar un tumor, como si esa fuera la razón que la hizo luchar contra el capitalismo de la forma que lo hizo.
Otros se basan en teorías románticas sobre como se enamoró de Andreaas y cegada por él se unió a la causa. La verdad es que a lo largo de la historia a habido mujeres luchadoras y por mucho que le pese al patriarcado ni estamos locas ni nos pierde el amor por un compañero para llevar a cabo nuestra militancia, es nuestra propia conciencia de clases, ideología y reflexiones las que nos llevan a la lucha y Ulrike Meinhof era una mujer luchadora que quería romper con su antigua vida aburguesada porque no se sentía cómoda en ella por motivos ideológicos y dio su vida para luchar contra el capitalismo y el imperialismo.
«Si digo que tal o cual cosa que no me gusta estoy protestando. Si me preocupo además porque eso que no me gusta no vuelva a ocurrir, estoy resistiendo. Protesto cuando digo que no sigo colaborando. Resisto cuando me ocupo de que tampoco los demás colaboren».
Kollontai.
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