Estamos a final de curso, la mitad de la comunidad educativa se prepara mental y físicamente para afrontar los meses de verano, la otra mitad, los docentes, empiezan a plantear el próximo 2022/2023, un período que se vislumbra desde ya complejo e incierto a muchos niveles, probablemente no exista una sola etapa dentro del sistema educativo que se salve y pueda preparar como se debe el inicio de curso con el tiempo suficiente.
A partir de septiembre inauguramos la Educación Pública de 0 a 3 años, una gran victoria para la conciliación familiar sin duda, ahora bien, ¿cómo va a afrontar la administración la puesta en práctica de este nuevo ciclo? ¿Van a poder garantizar la escolarización de todo el alumnado a la vez que aseguran la libre elección de centro y por tanto el acceso a la Educación Pública de todo aquel que quiera o veremos cómo aparecen como setas un montón de “cheques escolares” que sigan garantizando a los centros privados el cobro mensual?
Los docentes se dejan la piel día tras día para formar las pequeñas mentes que les miran desde los pupitres con los pocos o muchos medios con los que cuentan, más veces que menos con recursos precarios, ¿pero qué hacen si no saben cuáles serán esos medios?
La Educación Secundaria está rematando un año escolar y una Ley, para comenzar un nuevo curso con una nueva normativa (aunque ya se oyen voces que dicen que se está preparando otra legislación). Un comienzo incierto, pues se acaba el curso, pero las Comunidades Autónomas no han terminado de redactar los currículos con los que deberán trabajar el profesorado y aprender nuestros alumnos y alumnas, es decir, no sabemos qué, ni cómo enseñarán unos y aprenderán otros, tenemos el marco general de la Ley, es cierto, pero no tenemos la concreción de esta, en algunos casos, no sabemos ni qué contenido tendrán algunas de las nuevas asignaturas.
La Formación Profesional también se enfrenta a una nueva situación, pero en realidad no tanto, la ampliación de la oferta de los ciclos formativos con la educación dual. Este sistema lleva tiempo funcionando en Alemania, pero esto no es Alemania, implantar un formación de este tipo en un país como el nuestro, es complejo y requeriría de un cambio de mentalidad empresarial brutal. No puede ser realista que en un par de años se pretenda implantar en un alto porcentaje la educación dual, sin que existan las garantías suficientes para el acceso a las empresas y que estas no se aprovechen de la mano de obra estudiantil.
Aceptando que la formación en puestos de trabajo sea algo totalmente positivo, aún tendremos que superar un bache más, porque esa educación maravillosa que están diseñando no es para todos, no señores, es solo para unos pocos, los grupos de F.P. se dividirán en dos, aquellos afortunados, o no, que hagan formación dual y los simples mortales que sigan con la formación como hasta ahora. ¿Y cómo se va a evaluar eso? ¿Cómo vamos a poder gestionar dos grupos con docencia diferente en el mismo aula?
Esta es la situación con la que terminamos el curso y sobre todo la poca información y las muchas incertidumbres con las que afrontamos el próximo, pero bueno, si superamos una pandemia, superaremos una Ley sin concretar.
El Colectivo Puente Madera está formado por Enrique Cerro, Esteban Ortiz, Eva Ramírez, Elías Rovira y Javier Sánchez.
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