Las bicicletas (azules) son para el verano…y para el otoño, el invierno y la primavera. Nos explicamos.
Hace poco, hemos asistido a un debate en el Congreso de Diputados donde representantes de la comunidad de toda índole y color han planteado críticas y propuestas para mejorar España. Ahí hablaron de economía, empleo, agricultura, infraestructuras, servicios… pero muy poco o nada de cultura. Parece que la cultura sigue siendo algo menor, secundario y hasta prescindible. Y duele, nos duele.
De ahí que cuando surgen propuestas como la de la Bicicleta Azul en Albacete, en Castilla-La Mancha, pues nos entra la felicidad que nos entra. Hablamos de una iniciativa cultural de clara vocación multidisciplinar (dibujo, pintura, escultura, audiovisuales, teatro, música, literatura…), abierta, crítica, fresca, que comenzó su andadura allá por 2008 con 5 ediciones de jornadas culturales anuales consecutivas, y que ha regresado ahora 11 años después. Auspiciado por Anselmo Gómez, y junto a Hernán Talavera (para las artes audiovisuales) y José Eugenio Mañas (para las artes plásticas) supone un siempre plausible soplo de aire fresco en la monotonía ciudadana. Así, por hablar de lo más reciente, llenaron entre el 27 de septiembre y el 1 de octubre diversos lugares, calles y espacios abiertos de Albacete de arte. El Refugio Antiaéreo del Altozano, la Librería Popular, el Café del Sur, el Jardín Botánico de Castilla-La Mancha, el Parque Abelardo Sánchez y numerosas calles de la ciudad han sido objeto de performances, exposiciones, talleres, intervenciones, etc. Además, se pretende cargarlo de sentido. Así, el Certamen de Dibujo Contemporáneo (expuesto en el Jardín Botánico de Castilla-La Mancha) con su lema “Paraísos fingidos” supone una invitación a la reflexión sobre la manipulación de la naturaleza, o las intervenciones plásticas realizadas sobre los alcorques vacíos, una crítica a la tradicional dejadez sobre estos espacios tan frecuentes de hallar en nuestra ciudad.
Todo este tipo de arte, como arte que es, a cada cual le podrá gustar más o menos, mucho o nada, pero sin duda también ayuda a la educación, a fomentar el respeto y la tolerancia hacia quien no necesariamente piensa como tú. En nuestra ciudad se hicieron tristemente famosas las vandalizaciones de la estatua de “la nudista”, las de Sculp Nature del Parque Abelardo Sánchez, la falta de compromiso en la conservación de colecciones cedidas o adquiridas… y claro, algunas de las recientes intervenciones de La bicicleta Azul tampoco escaparon a estos hechos, llegando a duras penas a escasos minutos u horas en algunos casos. Si bien en alguna ocasión puede ser algo de grupos muy puntuales, en otros el destrozo o la rapiña parece ser algo más generalizado, y no cabe duda de que parte de la educación ciudadana pasa por el poder disfrutar de iniciativas como La Bicicleta Azul con más frecuencia, iniciativas que nos permiten disfrutar y aprender a respetar. Por todo, muchas gracias a quienes hacen posible cosas tan hermosas como esta.
El Colectivo Puente Madera está formado por Enrique Cerro, Esteban Ortiz, Eva Ramírez, Elías Rovira y Javier Sánchez.
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