Por Víctor Arrogante.
La violencia contra las mujeres es una violación de los derechos humanos que no se limita al ámbito de la pareja o expareja. Los datos ponen de manifiesto que no se trata de un fenómeno aislado, sino que es una violencia sistémica, estructural y silenciada. De las hermanas Mirabal en la República Dominicana (25N 1960) a Ana Orantes, Nevenka, Àngela, Jenny. Las que pudieron denunciar y las que no. De solo es un piquito a solo sí es sí. El silencio es el mayor cómplice de la violencia machista. La violencia de género existe. Tolerancia cero frente al negacionismo, porque el machismo mata.
Las marchas del 25N, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, han llenado las calles de numerosas ciudades de toda España para reivindicar el fin de esta lacra. En Madrid, se han celebrado dos marchas. Una, convocada por el Foro de Madrid, las feministas clásicas, con lemas como «que viva la lucha de las mujeres» o «si tocan a una, nos tocan a todas». La segunda, convocada por la Comisión 8M, bajo el lema ‘Se acabó: Nuestra lucha es global’. PSOE y Sumar han acudido divididos en Madrid. No es la primera vez que las ministras del Gobierno se dividen.
La nueva ministra de Igualdad, Ana Redondo, ha participado en la convocada por el Foro de Madrid, en la que ha apostado por la unidad en el feminismo. En su opinión, el respeto y el diálogo son la vía y estar divididas es una baza negacionista que tiene Vox y la derecha. La marcha, a la que ha asistido Redondo junto a otros ministros socialistas, estaba convocada por el Foro de Madrid, que defiende una de las dos corrientes en las que se ha dividido el feminismo en España.
Somos más y más fuertes, organizadas desde hace mucho tiempo y hoy, 25N, día internacional para la eliminación de las violencias machistas, salimos a las calles para visibilizar la lucha que todos los días sostenemos juntas. La Comisión 8M grita #SeAcabó porque los asesinatos machistas siguen aumentando. Todas las violencias machistas son la base de la sociedad en la que vivimos. Estas violencias golpean con más virulencia a las personas racializadas, a las personas en situación irregular, a las personas con diversidad funcional y neurodivergencias o a las personas en situación de sinhogarismo. La ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego, ha augurado que el movimiento feminista volverá a estar unido porque «la lucha contra la violencia de las mujeres es un elemento que une a todo el movimiento feminista». Yolanda Díaz, que no ha asistido declara en X que desde todas partes millones de mujeres y hombres vamos a seguir construyendo una sociedad sin violencias machistas.
Las violencias contra las mujeres suponen la mayor vulneración de derechos humanos y el atropello de derechos fundamentales recogidos en nuestra Constitución, además de ser una expresión extrema de la desigualdad de género que es incompatible con una sociedad democrática. Constituye un problema político y social de primer orden que requiere de la actuación decidida de los poderes públicos, con los recursos necesarios para dar respuesta institucional a un problema de esta magnitud, y de la actuación comprometida y solidaria de todas las esferas sociales.
En lo que llevamos de año, 52 mujeres han sido asesinadas por violencia de género y otras 47 por otras formas de violencia machista. España es el primer país de Europa en computar oficialmente todos los feminicidios. Datos valientes que son la base más sólida para las políticas públicas. La violencia de género económica es también significativa: mujeres sin autonomía, bajo control, sabotaje laboral y abuso económico. Madres que no reclamamos porque es otra guerra, incluso con las hijas y los hijos, donde aparecen deudores que simulan insolvencia.
En relación a la violencia contra las mujeres en el ámbito laboral, los sindicatos CCOO y UGT, instan al Gobierno a desarrollar los instrumentos legales necesarios para la aplicación adecuada del Convenio 190 de la OIT, para hacer efectiva la equiparación de derechos sociolaborales y económicos entre las víctimas de violencia sexual y de violencia de género, para que se recojan y sistematicen en las estadísticas oficiales los datos sobre acoso sexual y acoso por razón de sexo en el trabajo, y a que se realice una revisión y refuerzo de las políticas activas de empleo para todas las mujeres víctimas violencias machistas.
Los sindicatos llaman a los poderes públicos y organizaciones comprometidas con esta lucha al rechazo frontal y a la condena explícita a de los discursos negacionistas y de las personas con cargo público y partidos políticos presentes en instituciones que protagonicen manifestaciones o actos negacionistas, porque ponen en peligro los avances, cuestionan las políticas públicas contra las violencias machistas y la educación en igualdad y revictimizan a las mujeres supervivientes.
Hay que redoblar las acciones contra todas las formas de violencia hacia las mujeres; hay que aumentar las políticas y recursos para la prevención y la atención integral de todas las víctimas de estas violencias, para acabar definitivamente con las causas últimas que las originan.
Es alarmante el incremento de mujeres asesinadas por sus parejas y exparejas durante 2023. Además están aflorando, cada vez con más fuerza, nuevas formas de violencia. Resulta especialmente alarmante el importante aumento en los últimos años de la violencia sexual perpetrada por menores, la tendencia creciente de agresiones sexuales en grupo y la utilización de la sumisión química. Hay que denunciar los discursos negacionistas que ocultan una realidad que afecta a toda la sociedad, especialmente a las mujeres, por lo que es inadmisible que se proclamen desde las instituciones públicas. Estos discursos alientan a que se extienda un clima de tolerancia e impunidad que puede ser responsable en buena parte del repunte de casos de esta violencia.
Los datos sobre feminicidios por otras violencias machistas en 2022, no perpetradas por la pareja o expareja, según la Delegación del Gobierno contra la violencia de género, fueron 34, de los cuales: el 61,8% fueron feminicidios familiares, feminicidios sexuales el 11,8% y feminicidios sociales el 26,5%. De los feminicidios familiares la mayoría de los casos fueron llevados a cabo por hijos o nietos y en segundo lugar por vecinos o compañeros de piso. El hogar familiar sigue siendo el lugar más inseguro para las víctimas de violencia de género tanto en los asesinatos cometidos por las parejas o exparejas como en los feminicidios familiares.
Junto a las intolerables cifras de mujeres asesinadas hay otros indicadores de esta insoportable violencia contra las mujeres que muestran que, lejos de desaparecer, está en aumento. Entre los meses de abril y junio de este 2023 un total de 47.063 mujeres fueron víctimas de violencia de género, un 5,66% más que en el mismo periodo del año 2022, en el que se anotaron 44.543.
Según la memoria de la Fiscalía General del Estado de 2022, los delitos de agresiones sexuales investigados han crecido de 7.302 en 2021, a 9.603 casos en 2022, lo que supone un 31,5% más, siendo aún más alarmante que las investigaciones abiertas por agresiones sexuales con autores menores de edad se han ido incrementando anualmente, cifrándose dicho incremento en 2022, en un 116% desde el año 2017.
Frente a todas las violencias contra las mujeres, es preciso reforzar la educación en igualdad en todos los niveles educativos con el objetivo de identificar y neutralizar estas violencias y desterrar estereotipos desde la infancia. El Gobierno de España, junto con los gobiernos autonómicos y locales, deben dedicar, de forma sostenida y creciente, los recursos necesarios, especialmente los económicos, que garanticen la atención integral a las víctimas de todas las violencias machistas.
Es deber inexcusable y prioritario de las fuerzas democráticas reforzar el consenso y aumentar los recursos destinados a hacer frente a las violencias machistas, así como rechazar frontalmente los discursos negacionistas que minimizan su incidencia y ponen en riesgo todo lo avanzado, suponiendo además que se da cobertura a no tomar en serio los derechos a la vida, la libertad, la dignidad y la seguridad de las mujeres.
En España hay decenas de miles de mujeres con protección policial o judicial. La violencia machista es una dura realidad que genera un enorme sufrimiento. Negarlo es una forma muy indecente de apoyar esa desigualdad estructural. Rechazo toda acción de violencia y discriminación contra las mujeres y las niñas, recordando a todas cuantas en el mundo han sido asesinadas o agredidas, sin dejar de mencionar a las mujeres afganas, iraníes, palestinas y ucranianas.
La lucha contra la violencia machista nos interpela a todas y todos. Frente al miedo, la discriminación y la violencia, nuestro más firme compromiso. El papel de la ciudadanía es fundamental en la lucha contra la violencia de género. Únicamente denuncian un 30% de víctimas de violencia de género y un 11,1% de violencia sexual.
La Violencia contra las mujeres, es una lacra que debemos erradica y solo cesará cuando hombres y mujeres, toda la sociedad se involucre en esta lucha. Denunciar es responsabilidad de todos.
Víctor Arrogante, profesor y analista político.
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