Hay que sacar a ambos de la cúpula del Estado español.
España se tambalea como monigote herido mientras la aborregada ciudadanía de este país, hasta hace poco potencia económica y política europea, se embrutece a diario con las opíparas comidas y cenas (regadas de abundante alcohol) adscritas a dos tradiciones centenarias: la de Belén y la de Laponia.
Y mientras, dos advenedizos, “el manso” y “el psicópata”, dos seres despreciables, falsos, inicuos, mentirosos, de baja estofa… colocados en lo más alto de la doliente nación española por el estúpido y ciego dedo de la Biología (el uno) y el presunto pucherazo electoral (el otro), dirigidos al alimón, eso sí, por la patológica mente del segundo de ellos, hacen todo lo inimaginable para llevarla directamente al precipicio de la historia.
Estamos en peligro amigos (sí, sí, amigas también, estrafalaria Yoli “la besucona”) y esto se tiene que acabar si queremos sobrevivir. O echamos cuanto antes a estos dos infumables personajillos que nos llevan al desastre o, a pesar de los “Ferrazes repetitivos” de las 8 de la tarde, de los rosarios de la aurora y de los patrióticos manifiestos de la clase jurídica española, de la fiscal, de la empresarial, de la bancaria, de todo tipo de asociaciones políticas, económicas y sociales del país y de la madre que nos parió… acabaremos todos los españoles pidiendo limosna, como elitistas inmigrantes de tez blanca, por las europeizantes calles de Bruselas.
Y a todo esto y encima para más inri y para colmo de millones de españoles, los jerarcas militares de este país (entre los que ya asoman su cabecita maquillada y su pelo de peluquería cara algunas generalas y coronelas, de despacho naturalmente) en lugar de amenazar a estos dos malhadados prebostes políticos que teóricamente nos gobiernan (dos traidores de manual que están llevando a la nación directamente al matadero) con los tanques, los paracas, los legionarios, los boinas verdes, los aviones y los barcos que el país ha puesto en sus manos… lanzan impasibles a los medios de comunicación que ellos, como los separatistas catalanes o los vascos consigan aunar esfuerzos en pro de un referéndum de autodeterminación, pondrán sus altos cargos a disposición de la señora ministra de Defensa y se largarán a sus casas. ¡Toma ya! Sin duda, estos militares de pacotilla con mando en plaza en la ONG humanitaria en la que se ha convertido el Ejército español, tienen miedo de que les llamen golpistas, fascistas y derechones de mierda, cuando en realidad, si ese supuesto separatista se llevara a cabo, deberían actuar con todos sus medios en defensa de la Constitución y el Estado de Derecho en cumplimiento de las misiones que les confiere al artículo 8.1 de la Carta Magna española.
Estamos convirtiendo a este país, amigos, en un Estado de Risa en lugar de en un Estado democrático de verdad, de Derecho, respetuoso con la separación de poderes y con el mantenimiento de los derechos fundamentales de todos sus ciudadanos. ¿Dónde ha quedado la España fulgurante de la transición, tan pagada de sí misma con la tranquila, ortodoxa, modélica eliminación del franquismo? ¿Dónde está la moderna, europea, democrática España de los Pactos de La Moncloa, que se permitía dar lecciones de democracia, honestidad y permisividad a todo el mundo?
A ver si la encontramos de nuevo, aunque tendremos que pasar primero por la eliminación política de estos dos sinvergüenzas que nos mandan: “el manso” y “el psicópata”. “Roma, traditoribus non praemiat” reza la leyenda. España tampoco debería pagar a sus traidores, a aquellos que imitando a los traidores lusitanos que asesinaron a Viriato, están obsesionados en destruir su patria con tal de conseguir los platos de lentejas de permanecer en las poltronas de La Zarzuela y La Moncloa.
Fdo: Amadeo Martínez Inglés, Coronel, escritor e historiador.
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