17 años de problemas.
Un informe de la DG de Infraestructuras reconoce que existe «grave peligro para personas y bienes».
La línea 7 de Metro de Madrid se está hundiendo el doble de rápido de lo previsto, según constata un informe de la Dirección General de Infraestructuras de Transporte Colectivo de la Comunidad de Madrid al que ha accedido EL PERIÓDICO DE ESPAÑA. El documento es una «memoria justificativa de la necesidad de acudir a la tramitación de emergencia» para realizar nuevas obras al existir una «situación de grave peligro para personas y bienes».
El tramo de línea afectado va de San Fernando al Hospital del Henares, lleva dando problemas diecisiete años y hasta la fecha ha provocado el derribo de 41 viviendas, a las que hay que sumar otras 32 recientemente anunciadas. Los problemas surgieron porque «no tuvieron a la geología en cuenta, unieron dos niveles freáticos y se pusieron a bombear agua como si no hubiera un mañana», explica Manuel Regueiro, presidente del Ilustre Colegio Oficial de Geólogos. El agua de uno de esos niveles disuelve el otro y «lo deprime», causando el hundimiento.
La Comunidad viene realizando trabajos de consolidación y estabilización del terreno en los últimos años. Con ellas esperaba que se produjera «una estabilización de las estructuras de los edificios y del túnel». Sin embargo, dichas obras no han servido para nada, al menos en el túnel, que sigue hundiéndose. Sí han mostrado «buenos resultados» en la estabilización de las fachadas de los edificios.
La empresa que realiza las inspecciones periódicas al túnel para ver cómo evoluciona, Intermac, realizó visitas en julio de 2022, marzo de 2023, febrero de 2024 y abril de 2024. Sus últimas conclusiones, las que ocupan el referido informe (fechado el 16 de abril) son claras. «Una vez realizados dichos trabajos [los de consolidación y estabilización] han seguido registrándose asientos en la infraestructura ferroviaria«, dice.
Concretamente, Intermac señala que hay «un incremento de la velocidad de descenso de la estructura del túnel, llegando a duplicarse». Dos meses antes de su última visita, la velocidad de hundimiento era de 0,12 milímetros diarios. En la visita de abril registraron valores de 0,20 milímetros diarios. Un ingeniero de caminos especialista en la materia consultado por este diario señala que 0,12mm diarios ya era «una barbaridad», pero que 0,20mm lo es más.
«Los tratamientos de consolidación del terreno desde la superficie no han sido suficientes para estabilizar el entorno próximo al túnel», recalca el documento.
El informe constata «la existencia de graves patologías en el túnel (desprendimientos, desconchones, corrosión de elementos metálicos, grietas en elementos estructurales) debido a los fenómenos de disolución-precipitación de sales presentes en el agua» que circula por el túnel, lo cual produce un «estado de debilidad estructural» en determinados puntos y la deformación de la rasante.
Con todo, «es necesario actuar de forma inmediata». La confluencia de los factores señalados constituye «un estado de grave inestabilidad estructural del túnel» que pone en peligro a personas y bienes, sin especificar a cuántas.
Impermeabilizar el túnel con cemento
La solución propuesta por la Dirección General de Infraestructuras es la de impermeabilizar «el hueco existente entre terreno y túnel» con cemento. Después se realizaría una consolidación de terreno, se repararía el sistema de drenaje. El presupuesto total de esta nueva obra ascendería a 35,1 millones de euros con IVA. El informe propone adjudicar las obras a las empresas Keller Cimentaciones y Rodrio Kronsa y estima el plazo para hacerlas en siete meses.
«Nosotros ya dijimos en un informe que nos pidió el Ayuntamiento de San Fernando que no había más solución que inhabilitar el túnel o dejar que se llenara de agua. Ellos piensan que es mejor llenarlo de cemento, pero son 35 millones de euros, más todo lo que llevan ya», considera Regueiro. «Hacer esos trabajos sin conocer el modelo hidrogeológico es inútil. Además, reconocen que lo que han hecho no funciona y siguen haciéndolo».
El ingeniero de caminos consultado no cree que esto vaya a arreglar definitivamente el problema. «Ya han creado los caminos de entrada de agua. Ya puedes colmatar el tubo, que esos caminos no se van a cerrar», dice. En su opinión, tarde o temprano deberían tirar todo lo que esté encima y se esté moviendo para evitar nuevos problemas. «Muerto el perro, se acabó la rabia».
«O abandonas el túnel o abandonas la ciudad», añade el presidente del ICOG. «Podrías tirar todos los edificios de encima de la línea y hacer un parque. Se va a seguir hundiendo, pero al menos no serían casas».
Alejandro Escribano, portavoz de la Plataforma de Afectados Metro Línea7B, considera el documento «una exposición de los motivos de cierre», aunque este no haga ninguna referencia al cierre total de la línea, como sí ha sugerido el Gobierno regional este mismo miércoles ante la prensa. «El dato de que se hunda 0,20 mm cada día es bestial. Nosotros siempre hemos reivindicado el cierre total y, aunque ellos no se pillan los dedos en el informe, consideramos que esto es básicamente la crónica de una muerte anunciada. Se cerrará porque se está hundiendo».
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