Ante el «tsunami mediático» que se ha desatado en España con motivo de la publicación de unas inocentes fotos (en comparación con otras que pronto van a salir) de Juan Carlos de Borbón dándole besitos a su amante, la murciana de nombre de guerra Bárbara Rey, he considerado hacer algunas puntualizaciones e informaciones sobre su escandalosa vida, repleta de presuntos delitos y juergas sexuales. Que fue repetidas veces denunciada en libros y artículos periodísticos por este autor.
La monarquía española está muerta ¡enterrémosla!
Desde el 25 de septiembre pasado, día en el que la revista neerlandesa “Privé” publicó las ya superfamosas fotos del Borbón ligón besándose con la también superfamosa vedette Bárbara Rey (fotos de una inocencia supina y de una envergadura social y política absolutamente despreciable en comparación con el material audiovisual que puede aparecer en escena en las próximas semanas o meses) se ha desatado en España un auténtico “tsunami mediático” que lleva arrasando en las tres últimas semanas platós de televisión, estudios de radio y redacciones de periódicos y revistas.
Bueno, pues en todos y cada uno de los espectáculos mediáticos que las inocentes instantáneas pseudo sexuales del golferas del ex rey Borbón y la guaperas de Totana han propiciado en todo tipo de medios de información y redes sociales, una reflexión u opinión personal generalizada (a cargo de comentaristas de toda laya en general indocumentados y con más cara que espalda) ha tomado carta de naturaleza, se ha abierto camino y ha terminado por convertirse en un mantra que está haciendo furor no solo en el ámbito social y político sino incluso en el que está todavía por plasmarse en los libros de historia:
Este comentario general es el siguiente:
¿Como ha podido permanecer en el más absoluto secreto durante años y años la relación amorosa extramatrimonial entre el rey de España y la bella vedette murciana, que ha pillado por sorpresa a medios de comunicación, partidos políticos y sociedad española en general? ¿Cómo ha podido permanecer oculta durante tanto tiempo sin que nadie lo sacara a la luz pública?
Y encima, para más inri, no paran de salir a la palestra periodistas y comunicadores de medio pelo que sueltan sin ningún rubor que ellos sí que lo sabían todo, pero se callaron para no poner en peligro la estabilidad de la Corona española y, por ende, del Estado español.
Ante semejante cúmulo de informaciones partidistas, oportunistas, inconexas, interesadas y, por supuesto, sin ninguna credibilidad ni base informativa e histórica aceptable he decidido, como coronel que ha estado muchos años destinado en puestos de responsabilidad profesional e Inteligencia, como historiador militar y profesor de Historia en la Escuela de Estado Mayor española y como escritor que ha publicado ya 17 libros (la mayoría sobre la transición española y 9 de ellos dedicados en exclusiva a la vida y devaneos del despreciable monarca que ahora pasea sus achaques y su incuria personal por los resorts de Abu Dabi), redactar las presentes líneas para intentar poner las cosas en su lugar en relación con su escabrosa vida personal y de paso, poner una vez más negro sobre blanco los presuntos delitos cometidos durante su largo reinado y que, en cualquier Estado democrático, lo hubiera llevado a la destitución inmediata y a la cárcel.
Resumo, pues, para no alargarme demasiado en el relato:
Yo sí sabía de primera mano y con todo detalle de la existencia de los amoríos, extravagancias y presuntos delitos del caradura del Borbón que ha reinado en España desde 1975. Y ya en el año 1994, en el libro “La Transición Vigilada”, informé a todos los españoles de que el pseudo golpe del 23-F, en realidad una maniobra borbónica para salvar su corona y su pellejo del verdadero golpe militar que fraguaban algunos militares franquistas radicales, era cosa del rey. Y después, en libros y centenares de artículos he pregonado sin ningún miedo ni autocensura todos los presuntos delitos (SÍ, DELITOS) que este sinvergüenza con corona ha cometido con total impunidad en este país Y para que la gente que no lo sepa lo conozca y así lo recoja en su día la historia vuelvo a recogerlos a continuación una vez más:
Libros publicados por este autor relativos a la vida, escarceos y presuntos delitos del rey de España:
LA TRANSICION VIGILADA (1994), 23-F: EL GOLPE QUE NUNCA EXISTIÓ (2001), JUAN CARLOS I, EL ÚLTIMO BORBÓN (2008), LA CONSPIRACIÓN DE MAYO (2010), LA MUERTE DE El SENEQUITA (2014), EL REY QUE NO AMABA A LOS ELEFANTES (2014), JUAN CARLOS I. EL REY DE LAS CINCO MIL AMANTES (2017), EL GOLPE DE ESTADO QUE TUMBÓ AL REY (2019), FRANCO DEMOCRATIZÓ ESPAÑA (2023).
Presuntos delitos cometidos por el rey Juan Carlos I
Como consecuencia de mis investigaciones y estudios profesionales, a partir de mediados de los años ochenta del pasado siglo comenzaron a llegar a mi conocimiento abundantes indicios racionales de la comisión por parte del monarca español de variados y presuntos delitos. Puestos por orden cronológico éstos son los siguientes:
- A) «Homicidio imprudente» o «fratricidio premeditado» (esta disyuntiva nunca la han dilucidado los jueces españoles o portugueses que deberían haberlo hecho, aunque yo ya he demostrado técnicamente en mis libros que la muerte de “El Senequita” tuvo más de asesinato que de otra cosa) cometido en la persona de su hermano pequeño en 1956.
- B) «Alta traición a la nación española», al haber pactado en secreto, en noviembre de 1975, con el Departamento de Estado norteamericano, la entrega unilateral a Marruecos y Mauritania de la antigua provincia española del Sahara Occidental.
- C) «Cobardía ante el enemigo», al retirar en esa fecha de manera humillante y sin combatir las fuerzas militares españolas de ese territorio ostentando provisionalmente la Jefatura Suprema de las Fuerzas Armadas.
- D) «Genocidio de la antigua población del Sahara español en grado de colaborador necesario» (más de tres mil víctimas), al haber entregado al rey alauí Hassan II, totalmente indefensos, la totalidad de los cuarenta mil habitantes de la misma.
- E) «Golpismo de Estado», al haber autorizado a sus militares cortesanos (Armada y Milans del Bosch) la planificación, preparación y ejecución de la maniobra político-militar desarrollada en España la tarde/noche del 23 de febrero de 1981, conocida popularmente como «a intentona involucionista del 23-F».
- F) «Terrorismo de Estado», al tener previo conocimiento, como comandante en jefe de los Ejércitos españoles, de la guerra sucia que preparaban los servicios secretos militares y de la seguridad del Estado (Grupos Antiterroristas de Liberación: GAL) contra ETA y no haber impedido su puesta en marcha.
- G) «Malversación de caudales públicos», de los denominados «fondos reservados» adscritos a Defensa, Presidencia del Gobierno e Interior, al conocer y no desautorizar el pago a determinada vedette del espectáculo español por las prestaciones sexuales que le había realizado durante más de quince años y que ella, en 1996, amenazaba con hacerlas públicas a través de documentos audiovisuales de su propiedad.
- H) «Corrupción generalizada», al recibir, durante décadas, regalos multimillonarios procedentes tanto del exterior como de la propia España: yates, fincas de recreo, petrodólares en forma de créditos a fondo perdido…, etc, etc.
y I) «Enriquecimiento ilícito», como consecuencia de todo lo anterior y de oscuros negocios de todo tipo que en los últimos años han trascendido a la opinión pública española a través de libros y documentos, nunca desmentidos oficialmente, hasta convertir a su familia en una de las mayores fortunas del mundo (la 134, con 1.790 millones de euros en su haber).
El 23 de septiembre de 2005, y ante la incompetencia constitucional que presentaban los tribunales españoles (y de todo el mundo) para juzgar los presuntos delitos cometidos por el actual rey de España, Juan Carlos I, envié mi primera denuncia al presidente del Congreso de los Diputados: un exhaustivo informe (40 páginas) sobre las muy claras y decisivas responsabilidades del monarca español en la ya señalada «intentona involucionista del 23-F», solicitándole la creación de una Comisión parlamentaria que depurara esas presuntas responsabilidades, tanto en el terreno personal como en el histórico e institucional.
Posteriormente, el 25 de enero de 2006, remití el citado informe al presidente del Gobierno de la nación, al del Senado y a los de las más altas instituciones del Estado: Consejo de Estado, Tribunal Supremo, Tribunal Constitucional, Consejo General del Poder judicial…, etc., etc.
Asimismo, en años posteriores (12 de febrero de 2007, 4 de abril de 2008, 8 de octubre de 2008 y 13 de diciembre de 2011) seguí enviando al Congreso de los Diputados periódicos y detallados informes que he ido extendiendo y ampliando a la totalidad de los presuntos delitos cometidos por el actual jefe del Estado español. Del remitido con fecha 4 de abril de 2008, y con casi un año de retraso, recibí acuse de recibo por parte de la Cámara Baja del Parlamento español, comunicándome que había sido trasladado a la Comisión de Peticiones de la misma para su oportuno «estudio y tramitación».
El 8 de septiembre de 2008, y en relación con el «homicidio imprudente» (así lo admitieron, en su día, su noble autor y su familia) o «flagrante asesinato», ya que en marzo de 1956 «el caballero cadete Juanito» era un profesional de las FAS españolas, cometido por el rey de España, Juan Carlos, I a las 20:30 horas del día 29 de marzo de 1956 en Casatejada (Cáceres) en la finca del conde de Ruiseñada “Las Cabezas”, me permití enviar al fiscal general de Portugal (procurador-general de la República) un prolijo estudio profesional (sin duda el único en el que se incluyen amplias valoraciones técnico/balísticas en relación con este caso) sobre las condiciones y las circunstancias en las que se desarrolló el supuesto accidente familiar que le costó la vida al infante Alfonso de Borbón a manos de su hermano mayor Juan Carlos; solicitándole la apertura de una investigación judicial al respecto. El fiscal general del Estado portugués admitió a trámite el informe y prometió textualmente: «o caso vai ser analisado». Sin embargo, a los pocos días, por presiones del Gobierno español, según medios portugueses, me comunicó su archivo debido al tiempo transcurrido y a la complejidad de abrir en esos momentos un caso judicial tan delicado.
Y termino por hoy, amigos/as, perplejos conciudadanos de este país. Pero estad seguros de que de este presunto delincuente y rey de España durante 39 años deberemos seguir hablando. Y escribiendo…
Fdo. Amadeo Martínez Inglés, Coronel, escritor e historiador.
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